miércoles, 10 de agosto de 2011

Sobrepeso y Obesidad: Reflejo del triunfo de la occidentalización y la fallida autorregulación de la publicidad en México.



La obesidad y sobrepeso actualmente son considerados una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es uno de los nuevos efectos representativos de la globalización y afecta de igual manera a países desarrollados que a países en vías de desarrollo. Según cifras oficiales, México ocupa el primer lugar en cuanto al número de personas con obesidad y sobrepeso a nivel mundial.


El problema ha venido aumentando en coincidencia con la apertura del mercado mexicano, con la entrada en vigor del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. En consecuencia, el sobrepeso y la obesidad son también un reflejo de la vulnerabilidad ideológica, cultural, educativa, política y económica de las sociedades por parte del poder e influencia de las grandes corporaciones nacionales y extranjeras, apoyados por los cambios en el estilo de vida y reforzado por el impacto publicitario en los medios masivos de comunicación.


Cabe mencionar que el sobrepeso y la obesidad por definición es la acumulación excesiva de grasas en el cuerpo, que en casos graves representa un factor de riesgo para la salud de quien la padece, debido a que puede derivar en otros problemas físicos como problemas cardiovasculares, diabetes e incluso algunos tipos de discapacidad, entre otras afectaciones. No se puede dejar de lado los problemas psicológicos que a razón de los expertos también deterioran la calidad de vida de una persona, misma que actualmente se ve envuelto en un ambiente promotor de los malos hábitos alimenticios.


Las políticas económicas han jugado un rol importante en el aumento del problema considerando que México dio prioridad a adoptar políticas de libre mercado que redujeron significativamente los subsidios a la agricultura haciéndola menos competitiva, esto provoco un aumento en el precio de productos indispensables en la canasta básica mexicana como el maíz, frijol y leche. Las comunidades rurales que se dedicaban a la agricultura fueron duramente afectadas por la entrada de productos extranjeros más baratos y comenzaron las migraciones masivas de campesinos a EU. Por otro lado la apertura comercial dio entrada a cadenas de restaurantes de comida rápida. El balance fue un aumento en el precio de alimentos indispensables en la dieta mexicana en contraste con los alimentos procesados hipercalóricos que son mucho más baratos, pero ricos en azucares y carbohidratos complejos que provocan un aumento en el peso cuando se consumen en abundancia, en ausencia una dieta balanceada.


Entrando al tema del sobrepeso, se podría afirmar que ser gordito es una característica o un elemento distintivo de muchas personas. Siempre ha habido "gordos" y “flacos”. Entonces no es una novedad que existan personas con esta particularidad física. De igual forma existen personas que tienen una figura delgada por herencia genética o porque sus hábitos alimenticios son balanceados y se ejercitan regularmente para mantenerse en su peso y en forma. También existen los alcohólicos, los workahólicos, los fumadores y los atletas de alto rendimiento y por que no, también hay personas que deciden y están de acuerdo en tener kilos de más. Pues en defensa de las personas que tienen kilos extra es discriminativo decir que el ser “gordito” está mal, que es un error o que tienen un problema. Aunque lo recomendable es tratar de buscar el equilibrio, es decisión de cada persona vivir la vida como desea, al estilo que quiere y le conviene, con sus hábitos y preferencias, porque la vida es así. Tenemos la libertad de decidir y también aceptar las consecuencias de cada estilo de vida 


Actualmente el enfoque que se le da a la obesidad no es el de una simple característica física individual que distinga a una persona de otra, ahora tiene una correlación directa con el deterioro de la salud y también tiene otro enfoque social negativo (cuando en el pasado el tener kilos extra era parte complementaria del status, incluso belleza pero el enfoque médico se desconocía). Estas nuevas perspectivas ideológicas que flotan en la idiosincrasia moderna dan como resultado que el sobrepeso en una persona en muchas ocasiones sea vista como algo negativo, es algo que incluso puede ser considerado por muchos como una desventaja en el desempeño de muchas actividades cotidianas tanto físicas como sociales, llegando a afectaciones de tipo emocional, pues el individuo con sobrepeso no encaja en una sociedad que actualmente se rige por un culto desmedido de la belleza, a los estereotipos occidentales, las tendencias de la moda y por cosas tan comunes como las medidas de los asientos del camión, del metro o del avión.


Además la persona con sobrepeso se ha convertido en el objetivo de los impactos de la publicidad de productos light, de alimentos bajos en calorías y azucares y cuanto aparato, crema, calzado, pastillas, alimentos, bebidas y dietas milagrosas que se muestran como una solución al problema del sobrepeso. En muchos casos son solo engaños publicitarios, bajo argumentos y pruebas científicas dudosas, incluso utilizan testimonios de personas con los mismos problemas del televidente, mostrando las controversiales fotos del antes y el después, que sinceramente cualquier diseñador gráfico puede manipular para dar el efecto y el mensaje deseado, resaltando la supuesta gran efectividad del producto en cuestión. 


Un ejemplo simple de la publicidad irresponsable es la publicidad de una marca de agua embotellada que argumenta que el agua ayuda a “eliminar lo que el cuerpo no necesita”, dando a entender al receptor que tomando agua puede eliminar grasa, cuando esta comprobado que la ingesta de agua no es un factor determinante en la perdida de grasa en el cuerpo si no es acompañada de una dieta balanceada. Este mensaje al ser recibido por una persona interesada en bajar de peso puede provocar en respuesta un consumo excesivo de agua, este fenómeno denominado potomanía puede generar graves consecuencias en la salud y por extraordinario que parezca en casos severos la potomanía puede provocar la muerte. 


La publicidad dirigida a personas con problemas de peso en su mayoría esta diseñada precisamente para que el gordito se sienta mal consigo mismo por sus kilos de más, utilizando un discurso que incluye adjetivos hirientes, situaciones incómodas y denigrantes que se dirigen directamente al autoestima y les muestran los beneficios de ser esbelto y delgado, pues pareciera que ser delgado automáticamente te hace más atractivo y con más éxito en la vida y con esto lograr esa felicidad que un gordo “no podría tener”. No se tiene que perder de vista que esta publicidad se ha creado precisamente porque el consumo de los productos dirigidos a la población con sobrepeso se ha convertido en un negocio multimillonario y la muestra es que en México el 70% de los hogares compran productos light. 


Al observar críticamente este tipo de publicidad que ataca la autoestima no solo de las personas con sobrepeso sino de personas con todo tipo de necesidades y problemas físicos y emocionales (si se le quiere ver como problema dependiendo de la perspectiva individual) se pudiera pensar que con tal de hacer negocio, las empresas serían capaces mostrar en una producción fríamente calculada lo humillante de tus problemas creando la publicidad más absurda y engañosa posible al ofrecer sus productos que solucionan "tu condición" de forma milagrosa. Tristemente estos métodos casi siempre funcionan. Sería excelente que también hubiera campañas todos los días y a todas horas para aprender a valorarnos y querernos tal como somos y también a valorar y respetar a otras personas tal como son, dando mas ponderación a sus cualidades y aspectos éticos, profesionales y personales, y en el caso particular del sobrepeso, verlo única y exclusivamente como una cuestión de salud más no como una cuestión de estética. 


En cuestiones de salud pública la mayor preocupación por parte del Estado radica en que ahora se conoce que el 70% de la población adulta tiene problemas de sobrepeso en menor o mayor grado, sin distinción de género, estrato social o edad y además a los anteriores se suman otros 4.5 millones de niños entre cinco y once años, siendo este segmento el mas preocupante.




¿Cómo es posible que en un lapso de tiempo tan corto el sobrepeso este presente en el 70% de los mexicanos adultos?




Es precisamente aquí, en este punto, donde se demuestra justamente que los factores externos de un individuo son determinantes en su conducta. Por factores externos se hace referencia específicamente a los grandes corporativos, agencias de publicidad y todas esas marcas fáciles de reconocer pues aparecen todos los días en la televisión, que crearon en complicidad con los medios de comunicación todo un sistema de creencias, valores y necesidades aptos para comercializar y publicitar todo tipo de alimentos chatarra sin el menor escrúpulo, aprovechándose del acelerado ritmo de vida al que millones de personas están sometidas día a día en complacencia y apatía de las instituciones y aparatos gubernamentales, afectando a la sociedad a tal grado que perjudicaron a toda una nación, demostrando la vulnerabilidad y la maleabilidad de una sociedad que cayó completamente ante los intereses de corporaciones, su mercadotecnia y su publicidad, orillando a millones de personas a cambiar sus hábitos de consumo a favor de hacer negocios multimillonarios en perjuicio de la salud de niños, jóvenes y adultos por igual.



Solo hasta que la obesidad y sobrepeso fue catalogado como un problema de salud pública hubo una reacción por parte del Estado mexicano y algunas instituciones no gubernamentales para advertir y reconocer la gravedad del problema y la prueba es que se dio a conocer que en los últimos ocho años la atención de enfermedades derivadas de la obesidad y sobrepeso aumentó en un 60%, coincidiendo con la apertura comercial con Estados Unidos y Canadá, cuando México se convirtió en destino de importaciones de alimentos que no pertenecían originalmente a la dieta mexicana, sin olvidar a las cadenas norteamericanas de comida rápida que se han vuelto hoy en día muy populares, principalmente para los niños.


Es lógico pensar que las grandes empresas hicieron el negocio de su vida al presentarse inteligentemente como marcas que se preocupan por sus consumidores y que desean estar cerca de la familia, enganchándola con practicidad y bajos precios “pensando en la economía familiar”, haciendo publicidad desmedida y engañosa de sus productos, incluso aprovechándose de su capacidad de autorregularse diseñaron ante los ojos de todos, campañas comerciales para atraer a niños (la publicidad somete a los niños a 12,700 anuncios de comida chatarra anualmente), que a su corta edad no tienen el criterio suficiente para determinar que alimento es saludable o no y que el consumo desmedido de alimentos procesados afectaría en muchos casos su salud física y emocional demostrando una vez más la irresponsabilidad en la que incurren muchas campañas publicitarias y su corrompida cultura de la comunicación entre empresas y sociedad.  


La familia como grupo de referencia primario y principalmente los padres han sido cómplices en el problema del sobrepeso y obesidad en los niños. Por la pérdida o ausencia de buenos hábitos alimentarios, el excesivo consumo de alimentos procesados, las tortas, los tacos, los alimentos listos para calentar y todo lo que salga de la freidora se ha convertido en la comida diaria de la familia moderna mexicana, además de la carencia y poco interés por actividades físicas y deportivas, sustituidos por el sedentarismo al permitirles pasar horas frente a la televisión, comprarles videojuegos o dejarlos frente a la computadora jornadas excesivas, sin que se estimule otro tipo de actividades recreativas que involucren ejercicios que son fundamentales para el desarrollo de los pequeños. Las empresas tienen también su grado de culpabilidad, al someter a un fuerte ritmo laboral a sus empleados dando como resultado una falta de tiempo por los horarios laborales rigurosos y excesivos obligando al personal a consumir lo que sea, lo más rápido, lo más fácil y además lo más barato, osea lo que más engorda y menos nutre, es común incluso observar gente comiendo en sus oficinas y lugares de trabajo por la gran carga laboral.  



Es el momento de hacer una profunda reflexión sobre las causas que están originando este crecimiento desmedido de obesidad y sobrepeso en la población y como está afectando la vida de millones de personas en México y en todo el mundo. Es preciso y urgente que los consumidores aprendan por si mismos (sin esperar que las instituciones gubernamentales lo hagan por ellos) a identificar que hábitos y costumbres son positivas y cuales son perjudiciales, a ser más críticos con la información que recibimos de los medios de comunicación y apoyar a un sistema de valores diferente, fomentar un estilo de vida mas saludable y balanceado, también empezar a exigir como consumidores que la información que aparece en los comerciales en medios de comunicación sea veraz y confiable, pues ha quedado demostrado que en pos de hacer negocios rentables, las empresas y corporaciones son capaces de hacer lo que este a su alcance para modificar la forma de pensar y de consumir de sociedades enteras, dejando a un lado el propio bienestar de quienes confiando en ellas compraron sus productos. Ahora como consumidor les preguntaría: 



Ustedes empresas, agencias de publicidad y medios de comunicación, ¿tienen el valor o les vale?